Según la RAE (Real Academia Española) EXCELENCIA es:
1.- Superior calidad o bondad que hace digno de singular
aprecio y estima algo.
2.- Tratamiento de respeto y cortesía que se da a algunas
personas por su dignidad o empleo.
A lo largo de la historia ha habido y hay, desde mi punto de
vista, personas excelentes: GHANDI, Martin Luter King, Einstein, Paganini,
Chopin, Antonio Machado, Miguel
Hernández, Federico García Lorca, Juana de arco, Marie Curie, Simone de Beauvoir,
Concepción Arenal, Clara Campoamor, Emilia Pardo Bazán, Margarita Salas, Ana
Pastor….etc, etc.
En mi actividad diaria, personal y laboral, tengo el privilegio
de compartir algunos momentos con personas excelentes. Una conversación, una
sonrisa, un gesto, una tertulia.
Algunas de estas personas tienen títulos académicos otras
no.
En común, su calidad humana, su dignidad. La capacidad de
generar talento.
El talento es una suma de hechos, experiencias, conocimientos,
sentimientos, destrezas, habilidades que producen más experiencias, más
conocimientos, más sentimientos, más destrezas, más habilidades….
El talento es generador, y por tanto, influyente.
Determinante en la sociedad.
El liderazgo, el carisma, es el resultado de ese talento
generador. Excelencia.
Si tuviera que pensar en una imagen con la que explicar a
alguien la excelencia, pensaría en el Océano o en bosque interminable, pensaría
en el Universo o en algún paisaje africano. Porque, a mi entender, la
excelencia no tiene fronteras, es infinita y en constante crecimiento y
desarrollo. Es cierto que se necesitan unas bases de conocimiento, pero Excelencia es fundamentalmente actitud.
Conozco a personas inteligentes, estudiosas, académicamente exitosas.
También a personas con cargos públicos, responsables sociales, gestores o
gerentes. La excelencia nunca nos la da el cargo ni la puntuación académica. Es
una actitud que tiene que ver con la coherencia de la persona íntegra, con lo ejemplar de la persona digna, con la humildad
de la persona sabia, con la inquietud de
quien sabe que aún queda mucho por descubrir y por hacer.
Estos días, a una política se le ha ocurrido crear “clases
para personas excelentes”. ¿Qué entiende esta política por
Excelencia?, ¿tiene que ver con la calidad, la bondad o la dignidad?. Por supuesto que tendría respuesta para estas dos
preguntas y además lo haría con convencimiento y convencida.
Esta política, es una persona con una gran seguridad en sí misma. La
cuestión es que ella y yo, partimos de valores diferentes.
La cuestión es que en
sus manos está la educación en valores de muchos niños y niñas.
Y, la cuestión es que en mis manos solamente está escribir
estas líneas, sin perder la dignidad ni la coherencia; también en mi actitud en
el a día, en mi responsabilidad.
Alguien me preguntaba hace tiempo, si servía para algo ir a
votar. Yo le respondía que siempre. En primer lugar porque el derecho a votar
es el resultado de una lucha social
durísima, sobre todo para las mujeres.
En segundo lugar, porque quizás a veces,
no nos convenzan los representantes políticos
que tenemos, pero de entre todos, hay iniciativas que van en contra mis valores
las “clases excelentes”es una de ellas.
La excelencia no se enseña, la excelencia se aprende. No hay
aprendizaje si no se genera valor, si no se genera talento.
Valor social, talento social. La EXCELENCIA es un valor
social, colectivo.